7.11.11

Desahogo





Con la llegada del invierno llegan también los momentos desesperados en soledad. Cantidades inusitadas de café, la piel fría y tensa, reseca y en veces marchita.
Veo tu nombre, escrito en las letras negras tan comunes ya, a la espera del milagro deseado desde hace tanto tiempo ya. Esta espera del desamor nos vuelve increíblemente solitarios y tristes.
Estar cerca de los temibles cuarenta no ayuda, las palabras hirientes y soeces de la gente que te mira con lastimosa simpatía, porque nunca has podido, ni podrás, conservar el amor a tu lado.
El café se enfría, el microondas le devuelve la temperatura ideal, no una, ni dos, sino hasta cuatro veces en menos de una hora, porque el pensamiento no se aleja de ti, y el café se olvida.
Nadie nunca me dijo como arrancar de tajo este sentimiento de culpabilidad que siento cada vez que pienso en tu mirada obscura, cada vez que recuerdo como hice de tu vida un caos, revolucionando tus noches, coloreando tus días y tus ropas, si, me declaro culpable de hacerte volar, vivir.

Dejarme de lado funciona. Sonríes, porque esta vez no fue tu corazón el que quedo hecho mierda en el piso de tu auto, no, esta vez fue el corazón de la mujer que te cosió las alas a la espalda moreno y te enseño a volar. No existen parches para esta clase de rotura.

Dos años intentando decir adiós, aferrándose a las escasas posibilidades de futuros adyacentes, de vidas paralelas, de una misma historia.

Una semana, tendré una semana para agilizar el tramite de desalojo de tu esencia, para hundir mis ganas en un pan de nata, ahogarme en café americano, escupir tu nombre y el humo del cigarro, prenderle fuego a  las fotos del pasado, desearte suerte maldito, y el corazón roto en mil pedazos.

Los celos ya no existen, solo queda el desamor, mejor decirte adiós ahora, que aun puedo tolerar tu imagen y tu voz, antes de odiar cada minúscula parte de tu anatomía salvaje.

Aquí me bajo de este carrusel que marea, sigo mi camino, con andar pesado, ya fue mas que suficiente, mi tiempo no se renueva, y contigo, perdí hasta  mi estrella.