19.7.08

Bienvenida

Uno de los poemas que me llegan al alma, que pueden hacerme sonreír mientras lloro con una infinita nostalgia es este de Benedetti, porque aun después del final, aun puedo seguir recordando su voz con acento, al hablarme al oído...



Se me ocurre que vas a llegar distinta
no exactamente más linda ni más fuerte
ni más dócil
ni más cauta
tan solo que vas a llegar distinta
como si esta temporada de no verme
te hubiera sorprendido a vos también
quizá porque sabes cómo te pienso y te enumero
después de todo la nostalgia existe

aunque no lloremos en los andenes fantasmales
ni sobre las almohadas de candor
ni bajo el cielo opaco

yo nostalgio
tu nostalgias
y cómo me revienta que él nostalgie

tu rostro es la vanguardia
tal vez llega primero
porque lo pinto en las paredes
con trazos invisibles y seguros
no olvides que tu rostro me mira

como pueblo sonríe
y rabia
y canta como pueblo
y eso te da una lumbre
inapagable

ahora no tengo dudas vas a llegar distinta
y con señales con nuevas
con hondura
con franqueza
sé que voy a quererte

sin preguntas
sé que vas a quererme
sin respuestas.

9.7.08

Siempre


Con la lluvia que cae desde hace tres días,
la frescura del suave viento,
la dulzura del recuerdo de sus besos,
la tristeza que deja el adiós,
unos ojos llorosos,
y el odio al teléfono...
Así son los días, así serán, hasta que termine de coser esta herida...
Siempre esta sensación de inquietud. De esperar más. Hoy son las mariposas y mañana será la tristeza inexplicable, el aburrimiento o la actividad desenfrenada por arreglar este o aquel cuarto, por coser, por ir aquí o allá a hacer mandados, mientras trato de tapar el universo con un dedo, hacer mi felicidad con ingredientes de receta de cocina, chupándome los dedos a ratos y a ratos sintiendo que nunca podré llenarme, que soy un barril sin fondo, sabiendo que "no me conformaré nunca" pero buscando absurdamente conformarme mientras mi cuerpo y mi mente se abren, se extienden como poros infinitos donde anida una mujer que hubiera deseado ser pájaro, mar, estrella, vientre profundo dando a luz universos, novas relucientes... y ando reventando palomitas de maíz en el cerebro, blancas motitas de algodón, ráfagas de poemas que me asaltan todo el día y hacen que quiera inflamarme como globo para llenar el mundo, la naturaleza, para empaparme de todo y estar en todas partes, viviendo una y mil vidas diferentes...
Mas he de recordar que estoy aquí y que seguiré anhelando, agarrando pizquitas de claridad, haciendo yo misma mi vestido de sol, de luna, el vestido verde-color de tiempo con el que he soñado vivir alguna vez en Venus.

Gioconda Belli. Sobre la grama (1970-1974)