27.7.10

Crónicas de nosotros (Parte III Y un te quiero frustrado)



La distancia es solo el leve hilo que separa nuestros cuerpos, para el alma no hay fronteras ni caminos. Una vez que dos almas se encuentran resulta imposible separarlas...






Junio
Han pasado 5 meses desde la ultima vez que te toque, desde la ultima vez que bese tus labios delgados y fríos.
Esta agonía de tenerte y no tenerte, de saberte mio en sueños, a medias, tratando de ser fuerte, realista...
Correos confusos, llenos de dudas, palabras mas, palabras menos, un te quiero frustrado, un te quiero a medias, un te quiero y no te quiero...
Se esfuma con las horas el sentimiento, la distancia es un arma letal para el alma, un adiós que dura una semana...seguida de un te extraño, vuelve a mi...

Como en una rueda de la fortuna, a veces arriba, otras abajo, perdidos en un estira y afloja nos hemos visto desde ese enero...atrapados en un no saber que sigue, en una maraña de sentimientos amor-odio-olvido...

Y el tiempo sigue corriendo en su interminable marcha...

Llamadas largas, madrugadas interminables, días infinitos...

Enero
Un año ya, y en mis dedos las cosquillas que provoca la ausencia de tu piel me enloquecen, aun mi abrazo te busca por las noches....
Ven, dijiste, porque necesito tenerte a mi lado, porque necesito sentirte y tocarte para poder descifrar lo que siento...

Marzo...voy hacia ti.




22.7.10

Crónicas de Nosotros (Parte II, La primera noche)





Como por arte de magia el nerviosismo se esfumo en ese primer encuentro, el simple roce de su piel basto para calmar el sudor y el temblor que ya sentía como parte de si desde dos días antes.
Se encontraban dentro de un bar, o al menos eso parecía, mucho ruido, risas, vino, un poco de frío...
No podía dejar de verlo, tratando de memorizar cada linea de su rostro ovalado,  moreno, sus cejas negras pobladas, el la abundante mata de cabello negro y brillante como la noche y la luna.
Observaba sus labios, delgados, finos, pintados de morado por la cantidad de besos y mordidas que unas cuantas horas antes le había entregado, solo atinaba a sonreír.
Dos horas después (aproximadamente) relajados se encontraban dentro de la habitación del hotel, relajados y expectantes, hablando sin hablar...conociendo de a poco cada rincón de sus cuerpos con la mirada... 
Comenzó el recorrido, el uso de las manos y los labios, probando el dulce sabor de la piel por vez primera, memorizando lunares, trazando nuevas lineas, besando cicatrices. Logrando la unión mas perfecta que dos seres puedan probar o tener alguna vez en su vida. Perdiendo la pena, tallando la perfecta imperfección de sus cuerpos...
Las largas horas de viaje, el nerviosismo y la espera mella en ella y se durmió, exhausta a su lado...el, no pego ojo en toda la noche..pensando en lo que vendría....


12.7.10

Crónicas de nosotros (Primera Parte)










7 horas, 37 minutos, 18 segundos.

Ese fue el tiempo que le tomo llegar. Sentía el trasero dormido, después de tantas horas de viaje, pensando que el encuentro bien merecía la pena haberse quedado sin culo.
Tomo la valija, le dio distraída dos pesos al chico que le había ayudado a bajar del bus, con la mirada le buscaba, desesperada, entre toda la gente que se arremolinaba dentro de la estación. 
¿Lo reconocería?
Se hacia la misma pregunta una y otra vez, mientras secaba el sudor nervioso de la palma de sus manos en los jeans gastados que usaba, acompañando la estúpida camiseta rosa que mostraba un recatado escote por el cual se asomaba una minúscula parte de su generoso pecho.
Con el cabello atrapado en una coleta, y sin rastro de maquillaje entro a la sala de espera de la estación. Se sentía un calor sofocante, intensificando así el molesto sudor de sus manos. 
No lo veía.
Lentamente comenzó a vaciarse la estación, y no había rastro alguno de el. Entro en pánico.
Corrió arrastrando la valija hasta el local de casetas telefónicas que se encontraba ubicado en la esquina derecha de la sala de espera, preguntando con su acento extranjero, atrayendo las curiosas miradas de los que ahí se encontraban pidió explicación para conectar una llamada.
Marco los números, contando los pitidos, uno, dos, "contesta maldita sea" , tres....

- ¿Hola?
- ¿Donde carajos estas?
- En casa, ¿Donde estas vos?
- ¡Esperándote en la puta estación!
- Salgo para allá, espérame en el estacionamiento.

Colgo el teléfono, sonriendo como niña con juguete nuevo, dirigiéndose al estacionamiento. Aventó la valija en la acera, saco su libro favorito de poemas, y se sentó en el suelo caliente a esperarle.

10 minutos, eso tomo para que a lo lejos observara el coche, negro reluciente, se fuera acercando hasta donde ella se encontraba, sonreía con nerviosismo, el momento, había llegado....