El circulo
vicioso llamado amor, no encierra nada mas que reacciones químicas,
sentimentalismo agridulce, vómitos de cursilerías matutinas (vespertinas y
nocturnas también, a decir verdad) casi
como si de un embarazo se tratase, porque si a esto le sumas nauseas de
lujuria acumulada en garganta, estomago y partes nobles, definitivamente es un
embarazo amoroso.
Después de pasar
por todas esas sensaciones achacosas del bebe amoroso llamado “relación”, viene
la resaca, el ahogo en sentimientos de culpa provocados por el amor abortado,
las horas del amargo despecho, canciones estúpidas, alcohol, una cuenta
estratosférica del celular y por supuesto las típicas frases de “muérete
maldito” (o maldita según sea el caso).
Realmente no se
que sea mas feo, si el amor o el desamor; el amor nos hace sonreír como bobos,
vemos y escribimos estrellitas, florecitas y corazoncitos en todos lados, la
vida es de color rosa, es mas, ¡hasta el olfato nos mejora considerablemente!
El desamor, nos
recuerda que estamos vivos, que podemos sentir dolor y vivimos el sufrimiento, la angustia de un
corazón roto que nos trae moquientos y con los ojos hinchados, escupiendo
amargura, y escribiendo estos textos para hacer remiendos con ellos de un muy
maltratado corazón.
Así que, si no
quiere sufrir, no se enamore,
Si no quiere vivir intensamente una canción de
José Alfredo, no se enamore,
Si no quiere volar con los ojos cerrados, no se
enamore,
Si no quiere remendar su corazón, no se enamore,
Si no quiere terminar escribiendo esta clase de textos, no se enamore.