Aquí estoy,
desnuda,
sobre las sábanas solitarias
de esta cama donde te deseo.
Veo mi cuerpo,
liso y rosado en el espejo,
mi cuerpo
que fue ávido territorio de tus besos,
este cuerpo lleno de recuerdos
de tu desbordada pasión
sobre el que peleaste sudorosas batallas
en largas noches de quejidos y risas
y ruidos de mis cuevas interiores.
Veo mis pechos
que acomodabas sonriendo
en la palma de tu mano,
que apretabas como pájaros pequeños
en tus jaulas de cinco barrotes,
mientras una flor se me encendía
y paraba su dura corola
contra tu carne dulce.
Veo mis piernas,
largas y lentas conocedoras de tus caricias,
que giraban rápidas y nerviosas sobre sus goznes
para abrirte el sendero de la perdición
hacia mi mismo centro
y la suave vegetación del monte
donde urdiste sordos combates
coronados de gozo,
anunciados por descargas de fusilerías
y truenos primitivos.
Me veo y no me estoy viendo,
es un espejo de vos el que se extiende doliente
sobre esta soledad de domingo,
un espejo rosado,
un molde hueco buscando su otro hemisferio.
LLueve copiosamente
sobre mi cara
y sólo pienso en tu lejano amor
mientras cobijo
con todas mis fuerzas,
la esperanza.
desnuda,
sobre las sábanas solitarias
de esta cama donde te deseo.
Veo mi cuerpo,
liso y rosado en el espejo,
mi cuerpo
que fue ávido territorio de tus besos,
este cuerpo lleno de recuerdos
de tu desbordada pasión
sobre el que peleaste sudorosas batallas
en largas noches de quejidos y risas
y ruidos de mis cuevas interiores.
Veo mis pechos
que acomodabas sonriendo
en la palma de tu mano,
que apretabas como pájaros pequeños
en tus jaulas de cinco barrotes,
mientras una flor se me encendía
y paraba su dura corola
contra tu carne dulce.
Veo mis piernas,
largas y lentas conocedoras de tus caricias,
que giraban rápidas y nerviosas sobre sus goznes
para abrirte el sendero de la perdición
hacia mi mismo centro
y la suave vegetación del monte
donde urdiste sordos combates
coronados de gozo,
anunciados por descargas de fusilerías
y truenos primitivos.
Me veo y no me estoy viendo,
es un espejo de vos el que se extiende doliente
sobre esta soledad de domingo,
un espejo rosado,
un molde hueco buscando su otro hemisferio.
LLueve copiosamente
sobre mi cara
y sólo pienso en tu lejano amor
mientras cobijo
con todas mis fuerzas,
la esperanza.
Truenos y arcoiris (1979-1982)
bendito!!!
ResponderBorrarosea que andabas medio cachonda... jajaja....
me encanta!!!
la verdad es que te admiro por tener esa manera tan particular de escribir la pasion....
y si!!!
es hora de irme de blogger, pero seguire visitandote, te dejo mi link para que me visites cuando puedas, saludos!!!!
la bikina
awwwwwwwwwww aw y doble awww
ResponderBorrarcada frase
cada palabra
es hermoso!!
un beso bonita
La lluvia y el amor juntos son gran fuente de inspiración, no hay duda... hermoso de verdad!!!!!
ResponderBorrarbesos y excelente inicio de semana!
wowwwwwwww
ResponderBorrarque precioso todo
me uper encanto
besos aby
Hermosas letras, como siempre Abi.
ResponderBorrarGracias por ellas.
Besos, bonita semana =)
Hermoso pensamineto, hermosas letras, quien te inspira a escribir asi?? eres casada?? Muchas gracias por tus comentarios, yo sigo medio mal, se descompuso mi compu y no hay lana, gracias por tu interés en mi y seguiré visitandotte aunque no tenga máquina!!
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