Es dulce la savia de tu árbol de amor
que alimenta mi cuerpo agotado,
sediento.
Como las ramas del pequeño arbusto
con sus aterciopeladas hojas verdes
me van cubriendo la piel angustiada rosa.
Es mi tierra fértil la que espera
tu abundante semilla creadora
de vida silvestre en estas praderas naranjas.
Son las sedosas montañas
coronando mis puertos
las que te cobijan en tus noches desveladas
La primavera florece burbujeante
entre mis piernas
cuando el sol de que habita en tu vientre se adueña de ella.
Es tibia la noche que nos recibe
con los brazos abiertos
al momento de unir nuestras naciones.
México
Con este poema participo en el segundo Concurso de Poesía de Heptagrama
No se porqué, me da algo de el cantar de los cantares.
ResponderBorrarChaaaaaa ¡¡¡¡.
Muy muy muy chingón, ganó?
ResponderBorrarSaludos Abi
sí, dinos si ganó o no? yo creo que sí, no? es muy bueno
ResponderBorrarfelicidades por si si y por si no también
tenemos algo pendiente, no se me olvida
abrazos
Ya te lo dije por otro lado, pero te lo repito aquí: este poema me encanta!!!!! Unos versos que corren ardientes por las venas! Besosss!!!
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