Dejar la puerta abierta, cerrando todas las ventanas de esta casa parchada que es mi corazón, pensarte, desearte, extrañarte, ese es el vaivén de sentimientos, pensamientos e ideas que revolotean en mi mente enferma de amor y de esperanza.
La desesperación que habita en cada “buen día” es indescriptible, el significado real es “te amo, nunca me dejes” pero jamás la descifras.
Es el cuento de nunca acabar, esta soledad marchita y llorosa que lleva tu nombre tatuado en cada rincón, este buscarte cada día en cada letra, en cada sonido, en cada suspiro.
Me has dejado imposibilitada para cualquier otro, mi piel ya no me pertenece mas, te adueñaste de ella una noche de enero, cuando la recorriste por completo, marcándola para siempre.
¿Y si grito? Porque esta tortura de amor no correspondido es la hoguera diabólica que nos quema por dentro en cada latido.
¿Hasta cuando Seguirá siento tu nombre mi iglesia, tu boca mi bendición, tu acento mi biblia, tu cuerpo todos mis pecados?
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A veces el amor une a dos seres que no saben nadar, y viven en dos islas distintas...